Después de declarada la independencia de Venezuela en el
Congreso, el 05 de julio de 1811, el general Francisco de Miranda recorre las
calles de Caracas con la bandera tricolor en sus manos. Durante décadas había
luchado por la independencia de otros países, pero esta vez, su experiencia,
vocación y sangre revolucionaria le permiten protagonizar un triunfo histórico
en su amada Venezuela.
El 05 de julio de 1811, encierra entre sus antecedentes,
momentos y personalidades de vital importancia para la victoria política de
aquel glorioso día. Pero la presencia y activo trabajo de Miranda en Venezuela
durante los meses previos, es determinante.
Si revisamos paso a paso los acontecimientos desde julio de
1810 hasta 05 de julio de 1811, podemos apreciar las dimensiones del espíritu,
voluntad y compromiso libertario de nuestro precursor.
En el amanecer de tan importante día histórico, resumir aquellos
acontecimientos, es precisamente, el objetivo de este escrito.
Retorno a Venezuela
En julio de 1810 Miranda se reúne en Londres con una
comisión diplomática de la Junta Suprema de Caracas que se había instituido el
19 de abril. La comisión está conformada por el joven Simón Bolívar, Luis López
Méndez y Andrés Bello.
Miranda, quien conoce y tiene influencias en las esferas de
la vida londinense, abre puertas y señala caminos. Apoya a la comisión
incondicionalmente.
Bolívar y López
Méndez se empeñan en que Miranda retorne a Venezuela. Bolívar argumenta que es necesaria su experiencia
para orientar a los patriotas en los momentos histórico que se vive.
Miranda desembarca en La Guaira el 13 de diciembre de 1810.
El pueblo desborda en alegría para recibirlo. El histórico momento es
inmortalizado por el pintor alemán Mauricio Rugendas. En el cuadro, el artista
resalta como Miranda es levantado en hombros.
La Junta Suprema envía a Simón Bolívar y Martín Tovar Ponte,
quienes en elegante cabalgata escoltan a Miranda a Caracas.
Miranda entra a Caracas. No visitaba su ciudad natal desde
enero de 1771, cuando partió a España para hacerse Militar.
La Sociedad Patriótica
En los meses siguientes en Caracas, Miranda encontrará
grandes aliados. Pero también grandes adversarios quienes saben que si logra
desplegar todo el potencial de su talento, se convertirá en el líder natural del
proceso. Pero nuestro precursor no regresa a su amada patria ni por prestigio,
ni por poder. En el espíritu del general Francisco de Miranda, sólo hay un
objetivo: ¡Lograr la independencia absoluta de Venezuela!
A su llegada a Caracas, Miranda se residencia en casa de
Bolívar. Ya desde Londres, comparte con el futuro Libertador su pensamiento y
experiencia. De esta relación surgirán grandes enseñanzas que serán
determinantes para el futuro y la libertad de nuestro continente.
Inicia el trabajo. El primer gran paso es, junto a otros
luchadores, emprender la fundación de “La Sociedad Patriótica”.
Mucho antes que se instalara el Congreso de 1811, La
Sociedad Patriótica ya había discutido ampliamente la importancia y urgencia de
declarar la independencia. Después de instalado el Congreso, del seno de esta
agrupación, se realizan fuertes críticas y presiones al Poder Legislativo para
cristalizar el gran paso emancipador.
Miranda diputado al primer Congreso de Venezuela
En los comicios electorales al primer Congreso de Venezuela,
Miranda es electo diputado por El Pao, provincia de Barcelona. El Congreso se
instala el 02 de marzo de 1811. Pero es hasta el 24 de junio de ese año, cuando
Miranda recibe sus credenciales como diputado.
Sin embargo, el trabajo de Miranda no se detuvo un minuto.
En La Sociedad Patriótica y otras instancias, argumenta, diseña estrategias,
persuade y convence a muchos de la necesidad de ser libres.
Desde su nombramiento como diputado hasta el 05 de julio,
las intervenciones de Miranda en el Congreso catalizan el gran desenlace
independentista. Su trabajo es
incansable, su amor por la patria, universal.
El 05 de Julio de 1811
El 05 de julio, desde muy temprano, Miranda se encuentra en
la Capilla de Santa Rosa, sede del Congreso. Es un día que ha esperado toda su
vida.
Los diputados pro-independentistas, en especial aquellos que
también pertenecen a La Sociedad Patriótica, se destacan por la profundidad de
sus discursos, entre ellos, Francisco Espejo y Francisco de Miranda.
Son varias las intervenciones de Miranda el 05 de julio.
Pero en especial queremos compartir un fragmento del discurso del precursor,
cuando se discutía la posibilidad de emigraciones como resultado de la
declaración de independencia.
Miranda magistralmente argumenta:”… estoy firmemente
persuadido que no tendremos otras emigraciones que la de algunos españoles
europeos, que no sufriendo nuestra libertad, se oponen y siempre se
opondrán, a nuestra justa regeneración
¿Y qué males pueden resultarnos de que tales hombres abandonen el país, si jamás se acuerdan de él?”
A la 3 de la tarde, el presidente del congreso Juan Antonio
Rodríguez Domínguez, anuncia… “Está declarada solemnemente la independencia
absoluta de Venezuela”.
El jubilo y los gritos de viva la libertad, llenan el
recinto. La alegría se desborda a la calle donde se forma una manifestación
encabezada por Francisco de Miranda y Francisco de Espejo.
Miranda lleva en sus manos la bandera tricolor. Después de
décadas de lucha en otros países, ha cumplido uno de sus sueños… “Ser
protagonista de la declaración de independencia de su amada Venezuela”.
Más tarde, el mismo 05 de julio de 1811, el Congreso sesionaría
de nuevo. Allí se comisionan a los diputados Francisco de Miranda, Lino de
Clemente y José de Santa y Bussy para
elaborar un proyecto de “Bandera y Cucarda Nacional”
En este nuevo aniversario de la declaración de independencia,
el generalísimo Francisco de Miranda, ratifica que es inmortal. A 209 años del 05
de julio de 1811, Miranda vive entre nosotros. Su amor a la tierra natal,
aporte de ideas y trabajo incansable, representan pilar fundacional de la
patria venezolana.
209 años después, es un honor mantener presente que, nuestra
Venezuela, además de bolivariana, también es mirandina.
Autor: Luis Aparicio Hernández Sánchez.
Texto original
escrito en el 2011 para la conmemoración del
Bicentenario del 5 de julio de 1811.
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